¿Quién era Jesús? ¿Cómo era? ¿Que decía? Hoy la mayoría de la gente no sabe las respuestas a preguntas tan simples como estas porque no les ensenaron desde la Biblia. La imagen que tienen del Hijo de Dios es incompleta y distorsionada. El siguiente estudio, basado en el evangelio de Juan y la carta a los hebreos, despejara la niebla para revelar la verdad de Cristo.
Recomendaciones
Juan 1:14 –Relacionar este verso con Juan 1:1 para mostrar que Jesús es Dios!
JUAN 1:14:
14 Y el Verbo se hizo hombre y habitóa] entre nosotros. Y hemos contemplado su gloria, la gloria que corresponde al Hijo unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad.
JUAN 1:1
En el principio ya existía el Verbo,
y el Verbo estaba con Dios,
y el Verbo era Dios.
13 Cuando se aproximaba la Pascua de los judíos, subió Jesús a Jerusalén. 14 Y en el temploa] halló a los que vendían bueyes, ovejas y palomas, e instalados en sus mesas a los que cambiaban dinero. 15 Entonces, haciendo un látigo de cuerdas, echó a todos del templo, juntamente con sus ovejas y sus bueyes; regó por el suelo las monedas de los que cambiaban dinero y derribó sus mesas. 16 A los que vendían las palomas les dijo:
—¡Saquen esto de aquí! ¿Cómo se atreven a convertir la casa de mi Padre en un mercado?
17 Sus discípulos se acordaron de que está escrito: «El celo por tu casa me consumirá».
Jesús purifica el templo mostrando la pasión ardiente que tendríamos que tener por la justicia de Dios. (Ver Salmo 69 para entender la reacción que los discípulos tuvieron ante la convicción de Jesús).
¿Y tú, tienes esta convicción por el Señor?
Había entre los fariseos un dirigente de los judíos llamado Nicodemo. 2 Este fue de noche a visitar a Jesús.
—Rabí —le dijo—, sabemos que eres un maestro que ha venido de parte de Dios, porque nadie podría hacer las señales que tú haces si Dios no estuviera con él.
3 —De veras te aseguro que quien no nazca de nuevoa] no puede ver el reino de Dios —dijo Jesús.
4 —¿Cómo puede uno nacer de nuevo siendo ya viejo? —preguntó Nicodemo—. ¿Acaso puede entrar por segunda vez en el vientre de su madre y volver a nacer?
5 —Yo te aseguro que quien no nazca de agua y del Espíritu no puede entrar en el reino de Dios —respondió Jesús—. 6 Lo que nace del cuerpo es cuerpo; lo que nace del Espíritu es espíritu. 7 No te sorprendas de que te haya dicho: “Tienen que nacer de nuevo”. 8 El viento sopla por donde quiere, y lo oyes silbar, aunque ignoras de dónde viene y a dónde va. Lo mismo pasa con todo el que nace del Espíritu.
9 Nicodemo replicó:
—¿Cómo es posible que esto suceda?
10 —Tú eres maestro de Israel, ¿y no entiendes estas cosas? —respondió Jesús—.
Jesús ensena a los maestros!
35 —Yo soy el pan de vida —declaró Jesús—. El que a mí viene nunca pasará hambre, y el que en mí cree nunca más volverá a tener sed.
Jesús no era solo un maestro de la verdad; él se apuntó como la fuente de alimentación espiritual.
¿Pudo otro algún otro hombre manifestar esto acerca de si mismo? (Esta es una de las proclamaciones de Jesús que incluyen “Yo Soy”).
12 Una vez más Jesús se dirigió a la gente, y les dijo:
—Yo soy la luz del mundo. El que me sigue no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida.
Jesús la luz. Jesús enseño la verdad de Dios para que podamos ver el camino que deberíamos tomar. En el mundo hay un desacuerdo acerca de las cuestiones básicas de moral y no está de moda adoptar una posición firme. Sin Jesús estamos realmente en la oscuridad.
25 Entonces Jesús le dijo:
—Yo soy la resurrección y la vida. El que cree en mí vivirá, aunque muera;
Jesús promete vida eterna a sus seguidores porque le corresponde a El dar vida eterna. Luego su resurrección demostró que esta no era ninguna proclamación vacía.
6 —Yo soy el camino, la verdad y la vida —le contestó Jesús—. Nadie llega al Padre sino por mí.
Esto tiene sentido ya que el único camino hacia Dios es a través de Dios.
¿Pero no es que todos los caminos llevan a Dios? ¡No!
¿Porque querría Dios confundirnos con un enredo de “caminos” contundentes y contradictorios? (P/D: Ningún otro fundador de una religión importante del mundo ha hecho tal declaración).
Jesús, lleno del Espíritu Santo, volvió del Jordán y fue llevado por el Espíritu al desierto. 2 Allí estuvo cuarenta días y fue tentado por el diablo. No comió nada durante esos días, pasados los cuales tuvo hambre.
3 —Si eres el Hijo de Dios —le propuso el diablo—, dile a esta piedra que se convierta en pan.
4 Jesús le respondió:
—Escrito está: “No solo de pan vive el hombre”.a]
5 Entonces el diablo lo llevó a un lugar alto y le mostró en un instante todos los reinos del mundo.
6 —Sobre estos reinos y todo su esplendor —le dijo—, te daré la autoridad, porque a mí me ha sido entregada, y puedo dársela a quien yo quiera. 7 Así que, si me adoras, todo será tuyo.
Jesús le contestó:
8 —Escrito está: “Adora al Señor tu Dios y sírvele solamente a él”.b]
9 El diablo lo llevó luego a Jerusalén e hizo que se pusiera de pie en la parte más alta del templo, y le dijo:
—Si eres el Hijo de Dios, ¡tírate de aquí!
10 Pues escrito está:»“Ordenará que sus ángeles te cuiden.
Te sostendrán en sus manos
11 para que no tropieces con piedra alguna”».c]
12 —También está escrito: “No pongas a prueba al Señor tu Dios”d] —le replicó Jesús.
13 Así que el diablo, habiendo agotado todo recurso de tentación, lo dejó hasta otra oportunidad.
Jesús fue tentado. Nosotros imaginamos a Jesús como un súper hombre, invulnerable y deslizándose por la vida con toda comodidad. Pero Jesús fue tentado como nosotros:
con: deseos de la carne (4:3-4), materialismo (4:5-7), orgullo (4:8-12). Esta no fue la única tentación durante toda la vida de Jesús. (v. 13) El vivió una vida de lucha en contra de Satanás (hebreos 5:7).
5 Y en el pasaje citado también dice: «Jamás entrarán en mi reposo».
6 Sin embargo, todavía falta que algunos entren en ese reposo, y los primeros a quienes se les anunció la buena noticia no entraron por causa de su desobediencia. 7 Por eso, Dios volvió a fijar un día, que es «hoy», cuando mucho después declaró por medio de David lo que ya se ha mencionado:
«Si ustedes oyen hoy su voz,
no endurezcan el corazón».[a]
8 Si Josué les hubiera dado el reposo, Dios no habría hablado posteriormente de otro día. 9 Por consiguiente, queda todavía un reposo especial[b] para el pueblo de Dios; 10 porque el que entra en el reposo de Dios descansa también de sus obras, así como Dios descansó de las suyas. 11 Esforcémonos, pues, por entrar en ese reposo, para que nadie caiga al seguir aquel ejemplo de desobediencia.
12 Ciertamente, la palabra de Dios es viva y poderosa, y más cortante que cualquier espada de dos filos. Penetra hasta lo más profundo del alma y del espíritu, hasta la médula de los huesos,[c] y juzga los pensamientos y las intenciones del corazón. 13 Ninguna cosa creada escapa a la vista de Dios. Todo está al descubierto, expuesto a los ojos de aquel a quien hemos de rendir cuentas.
Jesús, el gran sumo sacerdote
14 Por lo tanto, ya que en Jesús, el Hijo de Dios, tenemos un gran sumo sacerdote que ha atravesado los cielos, aferrémonos a la fe que profesamos. 15 Porque no tenemos un sumo sacerdote incapaz de compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que ha sido tentado en todo de la misma manera que nosotros, aunque sin pecado. 16 Así que acerquémonos confiadamente al trono de la gracia para recibir misericordia y hallar la gracia que nos ayude en el momento que más la necesitemos.
Jesús entiende nuestros problemas porque el hizo ambos, enfrentarlos y superarlos.
Jesús, el gran sumo sacerdote
17 Por eso era preciso que en todo se asemejara a sus hermanos, para ser un sumo sacerdote fiel y misericordioso al servicio de Dios, a fin de expiara] los pecados del pueblo. 18 Por haber sufrido él mismo la tentación, puede socorrer a los que son tentados.
Habiendo sufrido todo lo que sufrimos, Jesús es misericordioso. El no solo nos entiende, sino que también nos ayuda.
3 El Hijo es el resplandor de la gloria de Dios, la fiel imagen de lo que él es, y el que sostiene todas las cosas con su palabra poderosa. Después de llevar a cabo la purificación de los pecados, se sentó a la derecha de la Majestad en las alturas.
Esta escritura resume todo lo que hemos aprendido acerca de Jesús: El realmente es la “fiel imagen” de Dios.